La nueva línea de financiamiento que compromete la participación del sector bancario movilizará 15.000 millones de pesos para préstamos a la producción, con una tasa fija que no podrá superar el 15 por ciento anual y un plazo mínimo de tres años. La posibilidad de impulsar el crédito productivo forma parte de las nuevas atribuciones contempladas en la reforma de la Carta Orgánica del Banco Central. El 50 por ciento de los créditos deberá ser destinado a pymes. La decisión será aprobada hoy por el directorio del organismo que conduce Mercedes Marcó del Pont. “No me vengan con el cuento de que nadie les va a pedir crédito. Si los bancos ponen condiciones y tasas para que no les venga a pedir nadie, eso es lo que va a pasar. El Banco Central les va a establecer las condiciones con las que tienen que lanzar los préstamos para la producción”, afirmó la mandataria.
En Argentina, el crédito representa el 15 por ciento del PIB, un nivel bajo en términos históricos y regionales. Esa estrechez se combina con la concentración de los préstamos en los rubros más rentables: el consumo y el comercio exterior. El reducido canal del crédito productivo contrasta con la robusta situación del sistema financiero local.
Para comenzar a revertir ese escenario, los bancos deberán prestar el 5 por ciento del nivel de depósitos privados en pesos de junio. Se trata de 15 mil millones de pesos sobre un total de 300 mil millones de pesos. En ese guarismo no se contabilizan las colocaciones a plazo de organismos como la Anses. La tasa de interés será fija y podrá llegar a un máximo de 15 por ciento, que surge del promedio de la tasa Badlar de junio (tasa promedio de los depósitos de más de un millón de pesos) más 400 puntos básicos.
“Para sostener la inversión no solo necesitamos que esté presente la banca pública. Por eso, le vamos a pedir a un grupo de bancos que, en un año, hagan lo que en cuatro años y medio hizo el Banco Nación por los trabajadores y por los empresarios argentinos”, afirmó CFK. En total, participarán 31 bancos públicos y privados. Se trata de los veinte bancos que superan el uno por ciento de los depósitos del sistema y once más que ofician como agentes financieros de las provincias: Nación, Provincia, Santander Río, Galicia, Francés, Macro, HSBC, Credicoop, Patagonia, Citi, Ciudad, Standard, Supervielle, Itaú, Hipotecario, Comafi y los bancos de las provincias de Córdoba, Santa Fe, Entre Ríos, La Pampa, Chubut, Chaco, San Juan, Tucumán, Neuquén, Santa Cruz, Santiago del Estero, Corrientes, Tierra del Fuego, Formosa y La Rioja.
Esas entidades tendrán seis meses para llevar adelante la colocación de los préstamos cuando se trate de proyectos para la adquisición de bienes de capital, como puede ser un torno, y el plazo podrá extenderse a un año con iniciativas de mayor complejidad.
El abordaje del Banco Central para impulsar esta medida parte de la premisa de que el problema de la falta de crédito para la inversión es la oferta de los bancos. “El Estado tiene muchísima confianza en los empresarios, ya sea a través de las líneas de financiamiento del Banco Nación, que coloca 1030 millones de pesos semanales en créditos a empresas, o el Programa del Bicentenario. Así que no me vengan con el cuento de que nadie les va a pedir crédito”, apuntó CFK. “Darte un crédito para invertir para producción y que lo tengas que devolver al año, es como no darte nada. Necesitamos que los parientes de los empresarios, los banqueros privados, también les tengan confianza”, sostuvo la mandataria, al tiempo que reclamó al sistema financiero que promocionen las nuevas líneas de crédito como lo hacen con los préstamos al consumo.
A diferencia de un crédito al consumo, donde alcanza con algunos datos personales y los recibos de sueldo que acrediten el nivel de ingresos del interesado, financiar la ampliación de una línea de producción o la adquisición de una máquina para una pyme requiere un proceso más largo y minucioso de un oficial de crédito que se involucre en el día a día de la compañía, conozca a sus dueños y analice sus libros contables. Un crédito de esas características forja un vínculo de mediano plazo con la compañía y le brinda al banco una menor rentabilidad que los publicitados préstamos para viajar, renovar el auto o comprar un nuevo electrodoméstico.
“Dar un crédito para inversión es más costoso. Apostamos a que con estas nuevas exigencias los bancos se muevan y esfuercen para otorgar los créditos y cuando no los encuentren salgan a la calle a buscar a las empresas”, señalaron a Página/12 desde el directorio del BCRA.
Ayer, mientras CFK realizaba el anuncio desde la Casa Rosada, Marcó del Pont recibió a un grupo de banqueros para informarles las medidas. Desde algunos bancos, ayer no ocultaban su malestar y avivaban fantasmas como la supuesta intervención de sus firmas si no llegaban a cumplir con los plazos. En la autoridad monetaria enfatizan que existen sanciones previstas, pero desestimaron los “exagerados” lamentos empresarios.
La medida que hoy será aprobada por el directorio de la entidad que conduce Marcó del Pont está contemplada en la reforma de la Carta Orgánica del BCRA, que otorgó a la autoridad monetaria un rol activo en la promoción del crédito productivo de largo plazo. Entre las nuevas atribuciones del organismo y su directorio –artículos 4 y 14– figura la posibilidad de regular las condiciones de los préstamos: extender plazos, fijar techos para las tasas de interés, orientar el destino hacia cualquier sector productivo o región, limitar las comisiones y los cargos. En esas capacidades se enmarca la nueva línea de financiamiento.
No hay comentarios:
Publicar un comentario