Tomando como punto de partida los conceptos vertidos por el Gral. Perón para “ver y entender el panorama” y asintiendo que todos los procesos del macro y el micro cosmos son nucleares, me gustaría establecer una analogía con los acontecimientos sociales que nos acaecen en los últimos días; y desde luego, no sin analizarlos dentro de un contexto contemporáneo y próximo como objeto de mi análisis. Celebro entonces llegar a la conclusión que asistimos a un proceso social irreversible comenzado allá por el 25 de mayo de 2003. El cúmulo de logros sociales y medidas que en esencia establecen mayor justicia social, más inclusión; mejor matriz de distribución de ingresos, mejores oportunidades para el conjunto de la sociedad y la revalorización categórica que estas medidas han otorgado en la legitimación de la actividad política; sumado todo lo que atañe a la cosa pública, entendiéndose por esto último como mayor participación y regulación por parte del Estado, (garante y promotor de todo lo anterior), han provocado en el conjunto de la sociedad una nueva conciencia de participación y pertenencia con dicho proceso. Por otra parte los temas que las decisiones políticas de este gobierno han puesto sobre relieve y en la discusión del seno social como la Ley de Medios y el cuestionamiento a un sistema judicial que a la postre no sirve para el fin supremo que es garantizar justicia, ha generado un conocimiento colectivo de que a pesar de todo lo perfectible de este proceso histórico y aun a pesar de los errores cometidos, el apoyo popular denominado bases de sustentabilidad se acrecientan cada día. Los enemigos de todo lo bueno, que son aquellos que según Jauretche no pueden alegrarse, ya que toda conquista social de los que menos tienen implican para ellos la pérdida de ciertos privilegios que, si se analizan dentro del revisionismo, histórico tampoco son legítimos, no están dispuestos a rendirse o proclamarse en retirada, e intentan articular cuanto ardid sea posible porque para ellos verdaderamente es “a todo o nada”. Evidentemente su conclusión es la misma. Estamos parados frente a una bisagra histórica en la democracia argentina. En termodinámica, el concepto de irreversibilidad se aplica a aquellos procesos que, como la entropía, son reversibles en el tiempo. Desde esta perspectiva termodinámica, todos los procesos naturales son irreversibles. El fenómeno de la irreversibilidad resulta del hecho de que si un sistema termodinámico de moléculas interactivas es trasladado de un estado termodinámico a otro, ello dará como resultado que la configuración o distribución de átomos y moléculas en el seno de dicho sistema variará. Cierta cantidad de "energía de transformación" se activará cuando las moléculas del "cuerpo de trabajo" interaccionen entre sí al cambiar de un estado a otro. Durante esta transformación, habrá cierta pérdida o disipación de energía calorífica, atribuible al rozamiento intermolecular y a las colisiones. Lo importante es que dicha energía no será recuperable si el proceso se invierte.Tomando como base ésta explicación científica es evidente que los cacerolazos, el 8N, el absurdo y minúsculo paro del 19/12 y los robos organizados difundidos por los medios como saqueos a supermercados en un contexto de protesta social (en cuyo caso debiera analizarse el rol de los medios de comunicación, para hacer alguna presentación en la justicia como cómplices o por hacer apología del delito), podemos aseverar que nuestra mas importante tarea es velar por ese nuevo estado social definido brevemente en estas líneas y del cual la mayoría de los argentinos conocemos sus virtudes; para que por fin todos estos intentos desesperados por volver atrás este proceso social irreversible, sucumban finalmente en aras de una patria verdaderamente justa libre y soberana.
Por eso estamos firmes y listos. Mas unidos que nunca defendiendo el proyecto Nacional y Popular que hoy conduce Cristina Fernández de Kirchner
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